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Número 5 - Junio 2000

Identidad y Autoestima en los Adultos Mayores

Dra. Virginia G.de Viguera
tiempo@psicomundo.com

Hablamos del envejecimiento como un proceso de crecimiento, natural, dinámico, inexorable, estructurado en torno al tiempo y manifestado por cambios a nivel biológico, psicológico y social.

Cuando analizamos estos cambios mas o menos significativos, porque tienen siempre el sello de lo personal, de lo singular, representan siempre una ruptura en la continuidad del proceso evolutivo. Por otra parte estos cambios están siempre interrelacionados, como ocurre a lo largo de toda la vida, esta ruptura es una suerte de crisis en la identidad, una discontinuidad en la estructura psíquica.

El Adulto Mayor queda como más expuesto, menos contenido y por tanto más frágil, y se percibe a si mismo como vulnerable.

La identidad y la auto-estima están íntimamente relacionados.

Llamamos Identidad a lo que registramos como imagen de uno mismo y se va formando en un permanente interjuego entre la construcción interna del psiquismo y la realidad externa, cultural, social, económica. Primero en relación con la familia que ya es de por sí compleja porque está formada por otras identidades y otras historias y luego por otros estratos de la sociedad los que uno se va integrando.

A medida que se avanza en el crecimiento el proceso de refuerzo o modificación de la identidad es la resultante de múltiples intercambios entre elementos internos y externos. La identidad se va ajustando permanentemente.

La auto-estima es la parte afectiva de la identidad es decir como nos evaluamos a nosotros mismos. Está vinculada a lo que somos pero especialmente a lo que creemos que somos, o sea la representación que cada uno tiene de si.

Algunos le llaman auto-concepto, como el juicio que se tiene de si mismo y que a su vez está relacionado con lo que los otros piensan acerca de él.

Hablar de crisis no significa referirse a situaciones catastróficas, de hecho hay tales crisis pero la mayoría son rupturas en la continuidad, cambios que obligan a dejar algunas cosas y adoptar otras. La vida esta jalonada por crisis, pequeñas y grandes. Las más significativas son las crisis vitales que tienen que ver con el crecimiento del individuo.

Las crisis generan cambios, no se puede ser igual desde que nace hasta que muere; pero si se puede tener la misma identidad porque ésta se conserva a través de los cambios.

Los factores que atentan contra la identidad en los envejescentes son:

desde lo biológico: el cuerpo y sus cambios. El cuerpo forma parte de la identidad y al envejecer el cuerpo da señales, habla, denuncia. Se lo empieza a sentir como ajeno, es otro, no coincide con la imagen corporal que se lleva representada. En muchas ocasiones el espejo devuelve una imagen que no se quiere ver, arrugas, canas, la piel ya no tan tersa, indican que esa imagen en la que se traslucía la salud, la juventud, la potencia ya se desdibuja. Disminuciones a nivel sensorial ( vista, oído) , en la agilidad motriz, fallos en la memoria , menor capacidad de trabajo, cansancio más rápido, disminución en la potencia sexual , y otros , hacen que el Adulto Mayor tome conciencia y entonces se posicione en el envejecer midiendo sus limitaciones pero también sus posibilidades. Es otro cuerpo y de él hay que hacerse cargo.

desde lo psicológico, el Adulto Mayor se vuelve a preguntar nuevamente ( como talvez lo hiciera en la adolescencia)

Quien soy yo? Cómo soy? Qué cambios tuve? Cuál es mi rol ahora? Cuáles mis proyectos?

Toma contacto con la idea de tiempo, esa dimensión infinita en si misma pero acotada en lo personal; mira para atrás, observa el presente, intuye el futuro.

Lo que hizo y lo que se dejó de hacer, lo que se es ahora y qué se puede avizorar del mañana.

En un primer momento el tiempo sacude porque hace sentir las pérdidas, la auto-estima es vulnerada. Además la toma de conciencia del tiempo muestra lo inexorable de su paso y la finitud de la vida, la muerte propia es pensada como nunca antes. La muerte existió siempre pero hasta esta etapa eran siempre "otros" los que morían, "otros" más o menos cercanos, pero "otros".

La ida de los hijos, su independización, es otro factor que repercute en la identidad .

desde lo social: la jubilación es uno de los factores que mas incide, en muchos casos, en la crisis de identidad, cuando se vive como una pérdida en el rol social que es una parte importante de la identidad personal.

También la sociedad discrimina a los jubilados, se los llama pasivos, casi con connotación de inutilidad. En nuestra época se agrega además el hecho que las jubilaciones son magras, impidiendo al envejescente poder gozar de una merecida autonomía económica.

Se hace necesario mantener una continuidad en el "nosotros mismos" a través y a pesar de los cambios.

Para mantener y fortalecer la auto-estima colaboran:

* La reminiscencia ayuda a integrar el pasado al presente aportando esa cuota de vida vivida, cosas realizadas, funciones cumplidas, una niñez y una juventud vivenciadas con más o menos detalles, una adultez no lejana, culminación de trabajos, paternidades, estudios, deseos, asignaturas pendientes. Se hace entonces una integración que es el mas sólido soporte de la identidad. Uno es uno a través de todos eso.

El envejecimiento es una etapa de mayor vulnerabilidad y el recordar hechos de su vida sólo o con otros, lo ayuda emocional y socialmente. Encuentra nuevos sentidos y nievas fuerzas.

La reminiscencia favorece el refuerzo dela auto-estima porque se reconoce hechos en donde había mayor vitalidad, en donde se pone de manifiesto todo lo que se hizo y se lo reconoce como propio. Se logra traer a la memoria momentos vividos con intensidad, esto les habla de la potencia y de lo vital que se vivencia disminuido en el presente.

* El tomar contacto con el cuerpo que contiene y a la vez denuncia los cambios, y recurrir al auto-cuidado como vía importante para lograr y mantener la autonomía, es un índice de salud.

* El comprender el significado del duelo, como trabajo psíquico normal y necesario para elaborar las pérdidas que marcan psicológicamente el envejecer, hace que se pueda elaborar el mismo llegando a la resolución para recuperar energías ubicándolas en nuevas actividades y nuevos afectos.

* Reflexionar sobre qué motivaciones, deseos y potencialidades se dispone para hacerse cargo del tiempo libre abriéndose a actividades corporales, intelectuales, recreativas, sociales, solidarias, creativas, que tengan como fin el esparcimiento, el placer, el desarrollo intelectual, el goce que da una tarea libremente elegida.

* Es primordial utilizar los elementos de la información para lograr desaprender las ideas erróneas y prejuicios instalados en el imaginario colectivo.

* Implementar también la adaptación a este mundo tan cambiante para no quedar marginados y lograr una mejor manera de comunicación y de entendimiento intergeneracional.

Actividad:

La actividad merece una consideración especial toda vez que insistimos en que es necesaria para dar base a la calidad de vida.

No tomamos la actividad como sinónimo de trabajo rentable, ni de actividad juvenil: en el envejecimiento, actividad significa estar en tareas que causen placer, gratificación, desarrollo intelectual, corporal, recreativo, social.

La actividad evita algunos de los fantasmas del envejecer: el aburrimiento, la rutina, el aislamiento, la inacción, la desesperanza, la terrible soledad.

Si la actividad elegida es grupal, agrega elementos de mucho interés para acrecentar una mejor calidad de vida, al actuar el grupo emocionalmente de sostén, de red, y aportar interlocutores que escuchan y a los que se aprende a escuchar, con pares que comparten similares condiciones o a veces estilos de vida.

Los que trabajamos con grupos de Adultos Mayores podemos observar y registrar a través de sus propias reflexiones, como se fortalece la identidad y se aumenta la auto-estima después de la concurrencia a los Seminarios del Programa de Educación Permanente y en especial del de Reflexiones sobre el envejecer al trabajar este último específicamente los temas que preocupan a los envejescentes.

Esto se fue logrando a través de la interacción en el grupo, formación de nuevos vínculos, mejor posicionamiento frente al grupo familiar, mayor vitalidad y en especial, atención por su persona en su arreglo, atención de sus necesidades, permisos, disminución de culpas.

Todo los lleva a hacer cambios en sus estilos de vida, hacer proyectos, cumplir algunas asignaturas pendientes.

Algunas reflexiones de los mayores ejemplifican mejor lo dicho.

Parte de las conclusiones de algunos de los participantes del Seminario Reflexiones sobre el envejecer . Año1999.

  1. La concurrencia al seminario Reflexiones ayuda en muchos aspectos a tratar de realizar cambios. En cada una de las reuniones efectuadas, se escucha, se habla, se cambian ideas, se comparten criterios y se debaten posturas no siempre coincidentes pero reinando un clima de gran cordialidad y respeto. Siempre se queda con el deseo de volver a reunirse, para fortalecer los vínculos nuevos que se han formado". M.L.Ch.
  2. La concurrencia al programa ha logrado en mi muchísimos cambios necesarios para mi buen envejecer. Este tema de la vejez a mi siempre me ha preocupado. Me ha despertado la inquietud de seguir aunque sea por un tiempo mas en mi actividad profesional y mi inquietud de actualizarme en algunos temas, tenia el prejuicio que ya podía aprender . Además el grupo humano que se ha integrado me ha hecho muy bien. A.
  3. Concurrir al Programa es una conducta de esperanza en la necesidad de cambio que sentimos a flor de piel...nos enseña nuestras posibilidades de seguir útiles, fundamentalmente para nosotros mismos...seguir aprendiendo, estudiando, enfrentándose a las ganas de hacer proyectos y lo que es mejor...la posibilidad de llevarlos a cabo!!!! Mi visión es que cambia al Adulto Mayor de una política de sedentarismo físico y psíquico...en un ser lleno de proyectos y deseos de estar cada vez mejor...de compartir con sus pares y esto se traduce en una mejor conciencia de autonomía... M.B.
  4. El programa nos ayuda mucho. Especialmente al escuchar a nuestros pares que les esta ocurriendo lo mismo y de ese conjunto encontrar soluciones para nuestros problemas. Esto nos sirve para mejorar la calidad de vida y no para sobrevivir. NP.
  5. La concurrencia al taller nos brinda la posibilidad de cambio y así lograr, en lo posible, un buen envejecer. Personalmente me sirvió mucho, me enriqueció y lentamente fui haciendo cambios que me benefician y me ayudan a compartir con mi entorno momentos mas felices. NC.
  6. A mi, concurrir al Programa me ha dado felicidad y amigos entrañables, ha cambiado mi vida y me ha hecho esperar con alegría mis años venideros. Quisiera que siempre estuviéramos cerca para seguir aprendiendo a envejecer con dignidad. C.
  7. Lo positivo que aprendí para poder llegar a una buena calidad de vida, elegí el auto cuidado, y entendí que tenia deudas pendientes conmigo misma, ahora me permito cosas sin tantos prejuicios y tengo ahora mi autonomía y capacidad de elección. ND.
  8. La concurrencia al Programa nos ayudo a lograr los cambios necesarios para consolidar un buen envejecer. Creo que todos necesitábamos esta fantástica ayuda...venimos con enorme alegría todos los jueves, sentirnos ansiosa por escuchar nuevas vivencias, el interés y luego la satisfacción durante y después de cada clase, es una demostración de lo bien que nos sentimos, por la ayuda que recibimos y por lo convencidas que estamos de la falta que nos hacia. Deseo continuar y poner en practica lo aprendido. D.V.
  9. El cambio que me produjo ir al Taller fue muy agradable, me gusta escuchar a quienes saber orientar, hacer sociedad con mis pares, conocer gente nueva y saber como piensan y me da seguridad saber que les gusta escuchar y aprender algo mas. Siempre se aprende. AR.
  10. La concurrencia al Programa me ayuda a esclarecer varios aspectos del envejecer; he aprendido el lenguaje adecuado para explicar sensaciones y los cambios, me ha brindado herramientas para ubicarme mejor en relación a diversos aspectos del envejecer. Me acerque al curso con inquietud , no sabia si respondería a mis expectativas; crei encontrar una realidad negada y oscura sobre todo cuando sentía que aceptaba mi envejecer con bastante buena salud, con disposición anímica por mi actividad y mi situación familiar. No fue así: Resultó un descubrimiento enriquecedor, sumamente gratificante. Tenemos además una carpeta de bibliografías que nos permite ampliar los temas tratados .Mi encuentro con pares fue muy positivo. E.L.G.

 

Algunas referencias bibliográficas

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Dauverchain J. Le mantien de l’autonomie: un objetif, une nécesité.

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Davidson B. Envejecer en la sociedad actual. dto. Técnico de Psinet. Internet.

Laforest J. Introducción a la Gerontología. Herder. 1991. Barcelona.

Haight y ot. The Art and Science of Reminiscing. Ed. Taylor & Francis. 1995.

Lifac S. Envejecer en la sociedad actual. dto. Técnico de Psinet. Internet.

Lolas S.F. Geriagogía: enseñar a envejecer como tarea social.

Acta Psiq.Psic.Amer.Lat. N*4. 1992.

Petriz G.y Un desafío al tiempo: Educación Permanente.

Viguera V. Trabajo leído en las Jornadas Argentinas de Gerontología. 29/9 al 1/10/94. Bs.As.

Revista Tiempo. N· 1, 2, 3, 4, 5. http://www.psiconet.com/tiempo

Salvarezza L. Psicogeriatría.  Paidós. 1988. Bs.As

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