Las personas viejas, su diálogo ancestral con la Madre Tierra y la meta boliviana de vivir bien
Mercedes Zerda
Antecedentes.
Bolivia, un país con población mayoritariamente indígena, desde su fundación ha sido gobernada por una élite criolla-mestiza heredera cultural y económica de la Colonia, hasta que el año 2006, las mayorías originarias logran que como presidente del país sea elegido un indígena, Evo Morales, líder de un movimiento popular creciente que, de manera democrática, en los últimos años está impulsando el cambio de las estructuras sociales.
Desde el año 2009, con la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, los bolivianos hemos empezado el tránsito, desde una antigua democracia representativa neo liberal que reconocía a una sola cultura, un idioma y una religión como oficiales, hacia el nuevo Estado Plurinacional comunitario, intercultural con una democracia participativa y una economía comunitaria. La nueva CPE reconoce la existencia de 36 naciones indígena-originario-campesinas como anterior a la Colonia y garantiza su autodeterminación en el seno de la unidad estatal. Asumiendo principios indígenas como propios, determina que sus políticas de desarrollo busquen alcanzar la meta de "vivir bien" para toda su población.
El concepto de vivir bien se origina en las diversas culturas indígenaoriginarias1 y significa el acceso y disfrute de bienes materiales que nos ofrece el planeta y la realización efectiva, subjetiva, intelectual y espiritual de los seres humanos en armonía con la naturaleza y en convivencia comunitaria. Contiene los elementos de lo que denominamos "calidad de vida"´, pero le añade otros de carácter psicológico y espiritual poniendo énfasis en la importancia de las relaciones interpersonales y denota claramente que el vivir bien solamente se puede alcanzar en el contexto comunitario. A diferencia del concepto de progreso, el vivir bien pone un límite a la satisfacción material que está determinado por la conservación ecológica de la naturaleza.
En este contexto de construcción conjunta de un nuevo país, la población boliviana actual alcanza a diez millones de habitantes, de los cuales el 7% son personas mayores de 60 años --algo más del 50% femenina-- y alrededor de la mitad viviendo en las ciudades y la otra en el área rural. Los niveles de pobreza en esta población llega al 63% en el área urbana y al 92% en el área rural.
Casi dos tercios de la población mayor de 15 años se reconoce como perteneciente a un pueblo indígena-originario y entre las personas mayores de 60 años, el porcentaje sube al 70%. Tres cuartas partes de la población adulta mayor en Bolivia habla un idioma nativo y la mitad de ese sector es monolingüe.
PROTAGONISMO DE LAS PERSONAS MAYORES EN LA NUEVA BOLIVIA.
La nueva Constitución Política del Estado, cambia el enfoque paternalista con que tradicionalmente el Estado ha entendido su relación con la población mayor. Este nuevo enfoque, reflejado en discursos y documentos oficiales, otorga protagonismo a las personas viejas, reconoce su sabiduría, les restituye el rol social de educadores y consejeros propio de las culturas indígena-originarias y entiende la protección y el cuidado de este sector como una obligación de reciprocidad, sosteniendo que nuestros mayores son la reserva moral de la nueva sociedad que estamos construyendo.
Esta visión, enunciada en documentos que sirven de base al nuevo Estado en construcción2, está conformando paulatinamente una nueva representación social de la vejez que, poco a poco, a partir de los programas gerontológicos que se desarrollen, construirá un nuevo imaginario colectivo en el que el envejecimiento y la vejez adquirirán un carácter positivo, dejarán de ser algo temido y se concebirán como la esperada culminación de la vida.
Uno de los objetivos más importantes del Plan Nacional de Envejecimiento y Personas Adultas Mayores es: Construir una cultura que sostenga una visión del proceso de envejecimiento que sea positiva y contenga elementos de la pluriculturalidad boliviana.
Los elementos de la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional referidos al vivir bien y la concepción sobre las personas mayores, han sido tomados de la cosmovisión de los pueblos indígena-originarios, los cuales tienen, en el sustrato primordial de sus culturas, un entendimiento de la relación entre los humanos y la naturaleza que podemos calificar como ecologista; esto hace que todas las discusiones que implican al ser humano de cualquier edad terminen teniendo siempre relación con la naturaleza y el medio ambiente.
Debido al surgimiento de estas visiones nativas, las discusiones políticas relativas al tipo de desarrollo social pertinente al nuevo Estado están inevitablemente ligadas a cuestiones ecológicas. En ese contexto, Bolivia ha planteado al mundo una nueva relación con la naturaleza, comprendiendo que el planeta no nos pertenece a los humanos; sino que somos parte constitutiva de ella. En ese contexto, en el ámbito internacional, nuestro país lidera el movimiento que propugna un acuerdo mundial sobre los Derechos de la Madre Tierra.
Esta visión, asigna a las personas viejas un valor fundamental en la construcción, la preservación y difusión de las normas de convivencia entre humanos y con la naturaleza. En el documento titulado "El vivir bien como respuesta a la crisis global" elaborado por la Cancillería del Estado Plurinacional, se afirma:
Generación tras generación hemos ido aprendiendo que nuestro bienestar y vida misma depende solamente de cumplir [ ] las Leyes de la Naturaleza, las leyes del equilibrio cósmico que dan vida, y que la regulan y limitan. Fuera de ellas consideramos imposible vivir [ ] Estos valores, estos principios, son la identidad que nos han legado nuestros abuelos, la armonía y el complementarnos en nuestras familias y en nuestras comunidades con la naturaleza y el cosmos, más la convivencia por medio del consenso diario entre todos y todo en nuestras comunidades y la sociedad entera".
Pachamama, significa madre naturaleza, madre planeta, madre tiempo, madre espacio y los seres humanos, al igual que todo en el mundo, al ser sus hijos, somos parte de ella. De ese modo, todo lo que afecta a la naturaleza, afecta al ser humano. Esta manera de concebir la relación de los humanos con el planeta es diametralmente opuesta a la visión occidental eurocéntrica que entiende al ser humano como dueño del mundo y a la naturaleza como algo que está allí para su servicio. Desde el libro del Génesis en la Biblia, que es uno de los pilares de esta cultura, Dios ordena a Adán y Eva someter la tierra, les dice: "fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra"3. El mandato es claro: los humanos, por ser "imagen y semejanza" de Dios, somos dueños de la naturaleza y ella está ahí para satisfacernos.
Los pueblos indígena-originarios consideran al planeta como un gran ser vivo: la Pachamama, constituida por elementos materiales e inmateriales, corpóreos e intangibles, de los cuales los humanos somos una parte, ni más ni menos importantes como el rocío de las flores, las hormigas, las bacterias, el agua de los ríos, las nubes. Todos tenemos espíritu o espíritus internos, tanto las piedras que pueden ser illa; es decir contenedoras de energías específicas, como las montañas que guardan en su seno los espíritus de los antepasados. Entendida de esta manera, nuestra relación con el planeta Tierra, nuestra madre, no puede ser de depredación y explotación y no podemos sus hijos sentirnos unos superiores a otros; por lo tanto, así como todo en la naturaleza, debemos respetar las reglas de convivencia comunitaria.
Esta forma de entender el mundo, que ha sido ignorada por considerarla primitiva, está emergiendo con una nueva fuerza en el continente y está proponiendo al mundo un nuevo paradigma civilizatorio basado en los principios del vivir bien.
Esta propuesta de cambio implica el rescate y la restitución de innumerables saberes, filosofías, técnicas y conocimientos específicos sobre temas como la reciprocidad, la solidaridad, la redistribución y reflexiones sobre democracia, participación social, organización política, conflictos, consenso, control social, y muchos más.
¿Dónde encontramos estos saberes para recopilarlos? ¿Qué teóricos, qué autores debemos consultar para encontrar respuestas a las innumerables preguntas que nos plantea la construcción de este proceso?
Debemos "aprender a leer en las arrugas de nuestros viejos", como dijo David Choquehuanca, Canciller de mi país. Los hilos para tejer el nuevo paradigma civilizatorio están guardados en la experiencia y la sabiduría de nuestras abuelas y abuelos; por eso es que en este proceso boliviano de cambio las personas de más edad resultan ser protagonistas insustituibles.
Nuestro país ha sufrido un proceso de colonización ininterrumpido desde la llegada de los españoles, porque desde que se fundó Bolivia como república independiente no se tomó en cuenta a la población indígena-originaria y se constrtuyó un país subordinado a los mandatos de las potencias extranjeras, que estuvo gobernado por los hijos mestizos de las élites coloniales. De ese modo, no se pudo desarrollar un país con identidad propia, que siguiera su propio camino de desarrollo, siempre el Estado colonizado impuso a la población políticas coloniales. Entendiendo esto, consideramos que Bolivia sigue siendo un país colonizado y el Plan Nacional de Desarrollo, sostiene como una de sus líneas estratégicas la descolonización del Estado.
El proceso de descolonización implica la búsqueda de la propia identidad como país, el redescubrimiento de lo que fueron nuestros ancestros y a partir de esto, la recreación de nuestro futuro. Este proceso no puede hacerse sin mirar hacia el pasado, pues es en función de lo que no nos dejaron ser como pueblo, de lo que nuestros abuelos y abuelas tuvieron que conservar en la clandestinidad, que construiremos lo que seremos; por eso también son nuestros mayores los protagonistas esenciales en el proceso de descolonización que se vislumbra. Podemos afirmar que en lo declarativo hay un reconocimiento explícito del papel protagónico que deben tener los viejos en la construcción de la nueva sociedad en la que alcanzaremos la meta del vivir bien.
Podemos resumir los principales alcances de esta nueva perspectiva en:
- El reconocimiento de los viejos como depositarios, guardianes y preservadores de las culturas indígena-originarias que han mantenido vivos su cosmovisión y sus valores.
- La importancia que se da a su rol de transmisores de cultura; de este modo se constituyen en potenciales educadores.
- El reconocimiento de los viejos como depositarios de la identidad grupal, comunitaria y cultural que hay que rescatar y fortalecer para recrearla de manera consensuada en procesos intra e inter culturales de construcción intergeneracional.
- El respeto por la experiencia adquirida por los viejos. El hecho de haber vivido más les permite mirar cada momento histórico con una perspectiva más amplia que se transforma en sabiduría.
- Debido a lo antiguo de sus vivencias, los viejos pueden ayudar a los más jóvenes a relacionarse con los antepasados.
- El reconocimiento explícito de las mujeres viejas como reproductoras de cultura; son ellas las que han preservado y luchado por mantener las lenguas nativas, la vestimenta y las costumbres de los pueblos indígena-originarios.
- La visión del desarrollo de la cultura como un ciclo vital, que se expresa en la continuidad del pueblo donde los jóvenes son siempre una continuación de los viejos en la construcción social
Tomando en cuenta todo lo planteado hasta ahora, podemos suponer que la construcción de una nueva representación social del envejecimiento, en la que se lo considere un proceso natural, expectable sin temor y en el que se le asigne a la personas adulta mayor un rol importante en la sociedad, es algo que se puede sustentar en las declaraciones políticas y filosóficas que expresa el Estado Boliviano.
Ahora ha empezado el tiempo de traducir en acciones concretas esas declaraciones, de empezar la real construcción de ese protagonismo tan espléndidamente expresado en documentos y discursos. Si lo hacemos, esas acciones proporcionarán a la población vieja, elementos reales para exigir su espacio protagónico en el cambio social que construiremos en el futuro mediato.
INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA.
Impulsando acciones que respondan a esa nueva perspectiva que prevé como el papel primordial de las personas mayores el de educadores a partir de sus saberes ancestrales; desde nuestra organización, la Comunidad Aymaras Urbanos de Pampajasi (CAUP) y desde nuestra práctica de psicología comunitaria, hemos desarrollado el año 2010 una investigación-acción- participativa que rescató, de la vivencia de las personas ancianas de cuatro comunidades aymaras, su relación con la naturaleza, las explicaciones que dan al cambio climático y a la contaminación, además de las recomendaciones que ofrecen a las generaciones jóvenes.
Quiero presentar un resumen de esa investigación como ejemplo de la importancia que tienen los saberes que guardan nuestros mayores, en función del proceso de descolonización que buscamos y también para reflexionar sobre aspectos concretos de las relaciones intergeneracionales que resultan de esta experiencia.
Usamos una metodología de investigación cualitativa que implicó primero grupos focales y entrevistas individuales con personas ancianas de ambos sexos de origen indígena aymara, quienes fueron las que inicialmente plantearon la idea de investigar sobre temas referidos al cuidado de la Madre Tierra, pues consideran que es el problema más urgente que debemos atender los habitantes del planeta.
Un grupo formado por lo/as anciano/as más preocupados por la temática, planteó un listado de asuntos que deberían indagarse entre las personas más viejas de sus comunidades. Con apoyo del equipo de investigación de CAUP, se elaboró una guía de entrevista semi estructurada, se organizaron grupos focales en cuatro comunidades y se realizó el levantamiento de la información.
El equipo de investigación transcribió y tradujo al castellano las grabaciones, que, a través de un análisis cualitativo, dio como resultado dode categorías que fueron presentadas ante las personas mayores del grupo motivador; quienes, en función de la importancia que atribuyeron a cada categoría, eligieron cuatro temas que luego fueron resumidos para elaborar una cartilla dirigida a los adolescentes de sus comunidades con la intención de que los resultados de la investigación sirvieran como material educativo en talleres que las personas más viejas ofrecerían en las unidades educativas de sus comunidades.
Los resultados obtenidos nos brindan mucha información concreta sobre bioindicadores del clima, ritualidad, producción, contaminación y la percepción de los cambios climáticos. Mencionaremos sólo algunos:
La Madre Tierra es un ser vivo y como tal debe ser tratada.
Todo lo que está sobre el planeta está vivo, pues todo sale de la naturaleza. El aire, el agua, las piedras, los minerales son seres vivos y tienen entendimiento, tienen intenciones y sentimientos y por lo tanto la relación de los humanos con todos los elementos debe tomar en cuenta estas sus cualidades:
"La Pachamama, es como nuestra madre, nos cría a todos en este mundo. Como si fuera una mujer tiene vida. En su cuerpo produce toda clase de alimentos para la gente y para los animales. Los seres humanos, como si fuéramos niños, mamamos de ella nuestros alimentos Si no hubiera Pachamama no habría vida en el mundo para nadie; por eso decimos que la tierra es nuestra madre y la vida en esta tierra existe gracias a ella".
"Ahora ya no se respeta a los alimentos, se produce y consume sin respeto, en las ciudades hasta botan comida, los alimentos tienen boca ojos y corazón, también sufren".
"A la tierra y el agua hay que preguntarles que necesitan, ellos responden y así también nos mandan a la lluvia , siempre nosotros sabemos hacer así, pero los más viejos no más, los jóvenes ya se están olvidando hablar con ellos. En tiempos anteriores, los aymaras akullicaban con la Tierra, se sentaban y hablándole conocían más sobre ella".
Por eso, consideran que producir con químicos es un tipo de maltrato contra los productos, se les está forzando a comportarse de manera distinta a su naturaleza.
Hay que recuperar el respeto y la ritualidad relacionados con la naturaleza.
Un asunto esencial, que se repite en todas las categorías con vehemencia, es el referido a la ritualidad antigua. Consideran que los aymaras en su contacto con la cultura occidental han recogido dos concepciones que están desencadenado la destrucción de la civilización armónica con la naturaleza: la religión y el progreso. El cristianismo, sobre todo las religiones evangélicas norteamericanas, según ellos, hace que los humanos se vuelvan arrogantes ante la naturaleza creyendo en un dios que los salvará de todo, perdiendo así la fe en su propia ritualidad. Los más jóvenes están poniendo su confianza en el progreso, que también implica irrespeto por la naturaleza pues supone producir sin control para ganar más y comprar más cosas. Ellos sienten que se está perdiendo esa relación afectiva constante con la naturaleza y por eso los rituales han cambiado o han disminuido:
Ya no conocemos bien los rituales para llamar a la lluvia, alejar el granizo, pedir disculpas a la helada [ ] ahora, cuando hay sequía no más llamamos a la lluvia [ ] ya los jóvenes no conocen las vertientes más sagradas para ir a rogarles [ ] hacemos los rituales pero ya no completos, sólo cuando tenemos necesidad [ ] antes se hacía siempre, las waxtas4 ahora se hacen para la siembra y cosecha no más, antes se hacían todo el tiempo, siempre en nuestro corazón estaba presente nuestra madre Pachamama.
Consideran que esta pérdida de la ritualidad es una de las principales causas del cambio climático. Si no tomamos en cuenta a los elementos, la naturaleza está disgustada por lo mal que la tratamos y por eso ocurren las catástrofes.
Este entendimiento de la tierra, no sólo como elemento físico para la producción, sino como un ser vivo que tiene sentimientos, se ha ido transmitiendo a los más jóvenes para que perdure en ellos de manera exitosa pues se puede percibir entre la población adulta joven la misma cosmovisión sobre la Madre Tierra. Sin embargo, no se han conservado de la misma manera los rituales que se realizaban para que la relación entre los seres humanos y la tierra se mantuviera viva; de modo que, actualmente, aunque las nuevas generaciones consideran a la Tierra un ser vivo, ya no se relacionan con ella de la misma manera.
Sabíamos llevar fiambre para el almuerzo; pero el primer plato debía ser para la Madre Tierra, entonces se ofrendaba diciéndole: "Come, Pachamama, tierra virgen". y recién se podía arar.
Toda la naturaleza es un ser vivo que escucha, llora y se alegra; por eso, el contacto de los seres humanos con la naturaleza, en tiempos pasados y todavía en la actualidad, es el contacto de un ser vivo con otro. Esta manera de concebir las relaciones humanas con los otros seres de la naturaleza, se traduce en una vida más armoniosa con ella.
Rescate de bioindicadores del clima.
La investigación rescató muchos bioindicadores del clima, que en aymara se denominan chimpu. Estos indicadores pueden ser atmosféricos, astronómicos, comportamiento animal, oníricos, físicos y también como aparecen en la lectura de las hojas de coca para predecir el clima. Muchos indicadores son conocidos todavía por las generaciones más jóvenes, pero muchos también son solo conocidos por los más viejos.
El liqi liqi sólo aparece para la helada. Cuando pone sus huevos encima de las piedras habrá granizada, pero cuando pone encima de las pajas es una señal de que todo estará bien.
También hay pájaros que hacen sus nidos cerca del lago, o lejos, más arriba o más abajo y esos pájaros nos indican hasta donde va a subir el lago y si habrá o no inundación".
La contaminación
En todos los grupos focales, los participantes fueron enfáticos al señalar que son las grandes ciudades las que producen la contaminación que afecta al campo; también se notó que son muy consientes en afirmar que son los países más desarrollados los que más dañan la naturaleza y los efectos se sufren en los países menos desarrollados.
Contaminación significa que el aire, la tierra y el agua están sucios con mucha basura y esto les enferma:
"Pensamos que agua tiene su ajayu, también el aire, los distintos aires, los cerros, los lagos, todos son como nosotros [ ] tenemos dentro de nuestro cuerpo los órganos que nos hacen vivir, así también el agua es sangre de la tierra, los lagos son sus pulmones y si todo está contaminado, claro que la Pachamama está enf ermándose.
La tierra se fumiga con químicos ahora y eso provoca que tengan enfermedades los animalitos y las plantas ya no puedan vivir [ ] antes, en el gobierno de Banzer y Jaime Paz, había CORDEPAZ que nos daba químicos para los sembradíos, algunos han creído y han usado arruinando su tierra, pero otros no hemos querido y nos hemos salvado.
Cambio Climático
A los cambios que son cada vez más evidentes en los ciclos de las estaciones, la intensidad de lluvias y las temperaturas extremas, les atribuyen las siguientes causas:
a) El accionar de los seres humanos, que ha permitido el excesivo desarrollo de grandes industrias destruyendo el hábitat de animales, plantas y seres humanos que antiguamente vivían en armonía con la Pachamama. Consideran que el clima está cambiando también porque debido a la modernidad ya los aymaras están olvidando sus tradiciones y perdiendo su confianza en la cultura propia
b) Las peleas, guerras, injusticias y el deseo que poder que lleva al dominio de unos humanos por otros, molestan a la Pachamama, pues en lugar de ocuparnos por su salud, que es la nuestra, estamos peleando. Está disgustada y por eso no hace nada para evitar las catástrofes. Los seres humanos hemos perdido la capacidad de comunicarnos con la Madre Tierra, no podemos hacerle conocer nuestras necesidades, ni sabemos escuchar las suyas:
Nada ya es en su tiempo, ni los árboles ya no crecen como antes, los pastos grandes saben crecer. Tal vez es por las peleas, guerras y por las bombas que salen esos humos, tal vez es por las peleas ya nadie está en paz y son castigos que se recibe, en vano vamos a llorar porque nada va ser igual que antes, casi ya estamos por ver el hueso de la madre tierra.
c) La Madre Tierra está envejeciendo y el envejecimiento supone cambios. el planeta al ser considerado un ser vivo, también envejece:
La Tierra Madre antes era bien ofrendada, pero ahora no sólo necesita de eso; aunque entre todos le hagamos más ofrecimientos, no va ser como antes, porque igual la tierra ya está cansada, está envejeciendo y es difícil de recuperar lo de antes.
Esta concepción es, en mi criterio, la más novedosa desde el punto de vista psicogerontológico. Si la Madre Tierra, es decir nuestro planeta es un ser vivo, naturalmente envejece y su envejecimiento puede ser normal o patológico, dependiendo de la secuencia de eventos que han transcurrido en su existencia. En cuanto a lo físico, no tengo mucho problema en entenderlo, puedo asumir que como organismo, esté sufriendo declinación de algunas de sus funciones. Pero, ¿no es una locura atribuirle al planeta sentimientos, afectos, reacciones psíquicas? Eso hacen las personas aymaras viejas y creo que un poco eso hace nuestro presidente Evo Morales cuando plantea en las Naciones Unidas una convención para acordar los derechos de la Madre Tierra. Quizá sea una concepción muy peculiar; pero sin duda esa concepción ha generado una relación con la naturaleza que no implica subordinarla al ser humano y esta concepción, sin duda, nos ofrece mayores garantías de sobrevivencia como especie.
Actualmente, las cartillas elaboradas para los jóvenes están siendo distribuidas entre los estudiantes de la provincia Manko Kapak, en talleres que el equipo de CAUP y las personas mayores están realizando en distintos colegios del área. Esto nos está permitiendo ganar experticia en el desarrollo de procesos educativos intergeneracionales que favorecen la valoración de los viejos y sus conocimientos dentro de los programas del sistema escolar plurinacional.
CONCLUSION
El nuevo enfoque con el que el Estado Boliviano entiende a su población mayor y el rol que le atribuye, nos está permitiendo avanzar en caminos inexplorados por la psicogeront ología, en este caso relacionados al medio ambiente y los saberes de las personas ancianas de culturas indígenas originarias.
La importancia política y pedagógica de los saberes que guardan los viejos indígenas se hace evidente en experiencias como la que ahora he presentado.
La descolonización es un proceso político que busca cambiar paradigmas y representaciones sociales que han sido impuestas por la cultura occidental que ha dominado al país. La descolonización implica mirar con ojos nuevos nuestras experiencias viejas, usar los saberes de nuestros pueblos para construir una nueva sociedad, alternativa a la decadencia del capitalismo depredador.
Es urgente dar la palabra a nuestros abuelos y abuelas para que ellos sean protagonistas fundamentales en este proceso. Sus antiguos saberes deberán ser el fundamento con el que hemos de armar el nuevo tejido ideológico que por fin nos permita alcanzar el desarrollo en nuestros propios términos.
El papel de educadores que están desempeñando las personas mayores en sus propias comunidades les permite fortalecer su autoestima individual y grupal, además de constatar la relevancia de sus saberes antiguos para enfrentar problemas actuales. El reconocimiento de este nuevo rol para sus abuelos, se hace evidente entre los jóvenes y sus profesores en el paulatino cambio de actitudes que muestran hacia la vejez y en las iniciativas que están surgiendo de acciones colectivas de preservación del medio ambiente.
Es importante, para favorecer relaciones estimulantes y atractivas entre distintas generaciones, buscar los temas de interés común y estamos evidenciando que la preservación del medio ambiente parece ser un tema que preocupa mucho a los jóvenes y sobre el que les interesa escuchar la voz de los mayores.
Desde esta visión psicogerontológica social, cultural y étnica que tengo el privilegio de desarrollar, mi país es una fuente inacabable de conocimientos. Me reafirmo en mi compromiso con las personas viejas indígena-originarias, y en mi militancia dentro del movimiento cada vez más numeroso de quienes queremos relacionarnos cada vez mejor con nuestra Madre Tierra, como don José Mendoza que murió el año pasado, justo antes de que empezáramos la investigación que les he contado.
Él me dijo una vez:
Todo en este mundo nace, es jóven y envejece. Si no madurarían las plantas, no tendríamos frutos y si no envejecerían no tendríamos semillas ni abono. Por eso contentos tenemos que vivir la vejez y conformes tenemos que morir, para que la vida siga, sin envejecimiento no habría vida.
Notas
1 Estos conceptos son: ñandereko (vida armoniosa en idioma guaraní), teko kavi (vida buena en guaraní), suma qamaña (vivir bien en aymara), qhapaj ñan (vida noble en idioma qichwa), sumaj kawsay (vivir bien en qichwa)
2 Me refiero básicamente a los siguientes documentos: La Constitución Política del Estado Plurinacional, el Plan de Desarrollo Nacional, el nuevo Plan Nacional de Envejecimiento y Personas Adultas Mayores y "El vivir bien como respuesta a la crisis global", documento elaborado por la Cancillería que explica las bases de un nuevo paradigma civilizatorio que proponemos desde Bolivia a todos los pueblos del planeta.
3 Génesis, capítulo 1, versículo 28.
4 Ofrecimientos rituales
BIBLIOGRAFÍA
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia. 2009.
Gaceta Oficial de Bolivia: Plan Nacional de Desarrollo "Bolivia digna, soberana, productiva y democrática para vivir bien". Lineamientos estratégicos. Edición especial Nº 103, Septiembre, 2007.
Ministerio de Justicia. Viceministerio de Igualdad de Oportunidades: Propuesta de Plan Nacional de Envejecimiento y Personas Adultas Mayores. Febrero, 2011.
Ministerio de Relaciones Exteriores: El vivir bien como respuesta a la crisis global. Ensayo en preparación, 2010.
Zerda, Mercedes: Añadiendo dignidad a los años. Derechos humanos y envejecimiento en Bolivia. Segunda versión. Defensor del Pueblo, HelpAge International, CEPAS, Defensa del Anciano. La Paz, 2003.
Zerda, Mercedes: Vejez y Pobreza en Bolivia: La visión de las personas de edad. HelpAge International. La Paz, 2005.