"El caso comienza a la entrada como lo que nos cae encima,
es decir, un tipo de síntoma imposible de soportar"
("Los inclasificables de la Clínica")Cuando se escribe un caso, es porque algo insiste a ser interrogado. El término caso viene etimológicamente de la palabra latina casus que significa accidente. "Algo que ha advenido o puede advenir, que cae en un punto del tiempo"1. El caso, en su singularidad se impone y lleva al proceso de escritura y a veces como aquí a una reescritura. "El escribiente de un historial se recupera en su condición de sujeto cuando lo escribe,"2 ahí donde la posición del analista es la de ser objeto.
Sara tiene 34 años, comienzo a atenderla hace aproximadamente 10 meses por consultorios externos del Hospital Moyano. Ya desde la entrevista de admisión comienza su relato diciendo que ella viene porque tiene temor a la casa que su marido construyó para que vivan juntos : "La odio desde que entré, hay bichos, el barrio, los caracoles, me sentía muy angustiada". La paciente se va a vivir a esa casa luego de la muerte de su padre hace 3 años y queda embarazada, poniéndole a su hijo el nombre de su padre. "Era mi único consuelo".
A lo largo de las sesiones iba observando un carácter de irreductibilidad, de algo inamovible que insistía en su relato. Estaba en juego algo del orden de lo insoportable, es esto mismo lo que me lleva a interrogar en un escrito este caso clínico. Intentaré hacer del mismo un "inclasificable", en el punto en que en la transmisión, éste no sea reducido a una clase, sino restituyendo ese uno por uno que lo caracteriza. Considero que la construcción de un caso es esencial en la clínica ."La elaboración de un caso tiene un eminente valor de control"3
Con mis intervenciones intentaba ver si algo era posible de ser dialectizado pero ella insistía en esta frase "La odio, y por eso estoy pensando en separarme de mi marido". Todo comenzó luego de la muerte de su padre. "Mi marido y él tenían mucha afinidad, se querían mucho". Antes de su muerte ella pensó en separarse pero no lo hizo por "lastima", en su doble vertiente hacia el padre y hacia el marido. Habla del padre como un hombre viejito muy sufrido. En su relato cada vez que lo nombra llora y dice "Era mi gran amor". Él era judío, polaco y perdió a casi toda su familia en un campo de exterminio nazi. Su madre murió cuando él tenia 9 meses y la hermana que lo crió muere en el campo. A Sara le ponen el primer nombre de su abuela paterna y el segundo nombre de esa tía muerta.
Luego de mis señalamientos en relación al padre, que consistían simplemente en traerlo a escena, nombrarlo, ella asentía, diciendo "eso es una gran verdad". Esta respuesta me llevó a tomar como hipótesis que era en la vía del padre que alguna escena, necesaria para instalar el dispositivo analítico, podía comenzar a armarse.
Refiere que veía al padre y le daba pena. " Mi mamá se iba, lo dejaba solo y yo nunca lo pude entender". "No podía hacerle eso, separarme de mi marido".
Actualmente vive con su suegra, también por ella no quiere separarse ya que le da lástima. Este significante lástima recorre las sesiones. Por lástima hace entrar a una mujer testigo de Jehová en la casa de su madre. "Era mi casa y ahora me siento una extraña, esta esa tipa". Lo hizo porque esta mujer estaba sola, acababa de morir el padre de Sara y la religión de esta mujer le daba esperanzas. Hablaba de la reencarnación, que los seres queridos resucitan. Dice haber cometido un error que odia a esa mujer pero que no p uede enfrentarla, le da terror. La única respuesta que encontraba era la desesperación, un sentía trágico movía el relato. Sara se encuentra sin salida. "No le encuentro salida a todo esto". Parece que la única opción que encuentra para no volver a la casa que odia es ir a su casa (la paterna) pero que no lo puede hacer por esta situación. "Por esa mujer no puedo estar en mi casa."
Sara refiere que antes de morir su padre ella quería vivir eternamente con ellos. "Luego, fue distinto".
¿ Angustia, desesperación ?
Se incorpora un nuevo elemento más, queda embarazada. Comienza a decir que no lo quiere, que si lo tiene se lo entregaría a su marido porque con dos hijos él va a querer irse a esa casa. "Sé que él se va a quedar con mi otro hijo y yo con el más grande". "Además en mi casa no lo puedo tener está esa mujer". Continúan las mismas coordenadas con una decisión a tomar. Dice no saber si abortar pero cree que no abortaría por la religión, pero aparece con mucha mayor fuerza otra razón. No lo haría por "miedo al raspaje". Otra vez la dimensión del sin salida, algo del orden de un abismo. Aparece en escena un sujeto cuyo Otro se le presentifica como terrorífico. Otro ante el cual ella no puede defenderse. Se queda petrificada y aparece entonces eso que ella llama angustia, desesperación.
Ahora bien, me detendré en este punto para interrogar estas coordenadas. Uno podría preguntarse si las mismas son aportadas por la analista. Soy yo quien sanciono su posición trágica. Antes eran sólo frases aisladas, coaguladas: "odio a la casa, y por eso me voy a separar", así se presenta Sara. Si se le preguntaba, si se le pedía asociaciones, su respuesta era: "no le encuentro salida a todo esto". Aparecía el desborde.
Vemos a un sujeto afectado en su relación al Otro. Ahora bien lo que aparece, ¿es del orden de la angustia?. Freud define a la angustia como señal. Lacan en el Seminario 10 de la angustia retoma la angustia freudiana en tanto señal, diciendo: "No es el abandono de sus primeras posiciones cuando hacía de ella el fruto de un metabolismo energético": "Ya en el momento en que Freud hacía de la angustia la transformación de la libido, existía la indicación de que podía funcionar como señal". Se habla de expectativa angustiosa, de inminencia (carácter de lo que va a producirse en poco tiempo), amenaza de un peligro que Freud llama castración. En el caso, este afecto no tiene el carácter de señal, de algo que podría iniciar un conflicto. Aparece como una pura inmediatez, una pura actualidad. No hay significante que venga a ligar. Aquí lo no dialectizado no puede ligarse. ¿Cómo dar anclaje, entonces a ese goce desamarrado?
Ahora bien, cuál era la posibilidad y orientación a darle a mis intervenciones, era la pregunta que me hacia a lo largo de las sesiones. Una y otra vez su respuesta era mostrarme la actualidad de un horror. Me encuentro ante un sujeto cuya relación al Otro se le presenta como un peligro. No se trata de forzar a Sara a enfrentar a este Otro, ya que ella misma señala todo el tiempo esta imposibilidad. Por ejemplo si el marido le dice que quiere volver a la casa, su respuesta no es convencerlo y explicarle su imposibilidad sino responde con desesperación y con la idea de separarse efectivamente de él. Ella no puede separarse de sus dichos. La paciente va diciendo que tiene miedo, que se tortura pensando en el "futuro". Futuro que aparece por fuera de las coordenadas temporales. Para Sara presente, pasado y futuro están colapsados.
EL HORROR EN ESCENA
Comencé a hablarle de lo único que ella ubicaba como verdadero. Su padre. Es él quien había vivido el horror del exterminio nazi. Según relata el padre evitó por todos los medios hablarle de eso. Contaba minuciosamente a todo el mundo menos a ella lo que había sufrido. Él estuvo en un campo de trabajo en Alemania no tan duro como el de su familia, donde luego pudo escaparse, no así su familia, de la que jamas tuvo noticias, salvo que fueron asesinados en un campo de exterminio. Sara tiene un recuerdo que me parece importante resaltar. El padre repetía constantemente. "Acá va a ocurrir una tragedia". Comienzo, por lo tanto a dar lugar a esta frase.. Señalo que ella repite constantemente esta frase , que su vida es esta frase. Algo siempre terrorífico está por ocurrir. Se van ubicando entonces las coordenadas del horror. Ahora sí se incluye el horror en una escena. Le hablo del campo de concentración, del horror que su padre vivió y como esto se trasmitió pese a que él trató, por todos los medios de evitarle el sufrimiento. Le digo que esto la preexiste y la atraviesa y las consecuencias paralizantes que tiene en su vida. Es para resaltar respecto al tiempo verbal de la frase, que ahora sí se puede hablar de futuro. Este se constituye en tanto tal, es ordenado y lo remito cada vez al pasado. Se trata de algo que pasó, que pasa y algo que va a pasar. Le hablo de la tragedia que ya ocurrió y de la marca de la misma. Vemos como se ordenan las coordenadas temporales. Se trata un tratamiento posible de lo no dialectizado. Esa fijeza que lleva a Sara a episodios de desesperación, entra en diálogo, intentando restituir de alguna manera la relación al Otro.
Sara continúa el tratamiento, la acompaño durante el embarazo. Ella venia a contarme "su miedo al parto", que por momentos se presenta como trágico. "No lo voy a aguantar", "Tengo miedo a que algo ocurra". Pero ya empezaba a ocurrirle por momentos, no todo el tiempo. Se acordaba en esos momentos de mis palabras y de esa frase de su padre. Parece que tanto el odio a esa casa, el odio a esa mujer, el miedo al raspaje, el miedo al parto comenzaban a ordenarse en torno a una escena que hace a su nombre propio.
El nombre que le pone a su hija es Malena, nombre que queda, si seguimos estas coordenadas, por fuera de la tragedia. Hace unos días me llama por teléfono, me dice que el parto no fue tan terrible y que me agradece haberla acompañado en el "tratamiento", es decir, aclara en el embarazo. Me dice que quiere que conozca a su hija, que quiere retomar el análisis y me solicita un tiempo hasta que se organice con su nuevo hijo.
Considero que esto no tan terrible pudo aparecer, por incluirse la escena del horror. Así se pasa de la pura desesperación al horror, al peligro. La misma se enlaza a una representación, se ficcionaliza. Una vez instalada la tragedia puede advenir algo no tan trágico.
Algunas conclusiones
Me gustaría hacer unas reflexiones finales acerca del material de este caso clínico.
En primer lugar se puede ver que las coordenadas y significantes que aparecen a lo largo del mismo parecieran ser limitados. Se trata de elementos que se repiten de la misma manera, cada vez en las sesiones. Al interrogar los mismos en su respuesta no había asociaciones, sino que el miedo a la casa remitía al miedo a la casa, a los bichos, humedad, pero nada se enlazaba a una historia.
En segundo lugar, mis intervenciones cuando delimito esta insistencia, apuntaron a realizar un corte en cuanto la paciente me planteaba algo del orden del sin salida. Mi posición no es convencerla respecto a que hay múltiples salidas sino a ubicar, mejor dicho prestar sentido, una trama a la encrucijada en la que Sara se encontraba. Solo así , cierto apaciguamiento fue posible, y así pude correrme del lugar de quedarme escuchando lo insoportable de ser escuchado: ese goce mortífero.
Por último podría afirmar que la manera de dar anclaje a ese goce fue ficcionalizarlo: leer en los dichos de esta paciente la frase del padre "Acá va a ocurrir una tragedia", remitiéndola a la escena de hacer de la vida un campo de exterminio, es sancionar su posición como trágica. Esto puede llevar a preguntarnos por el carácter de validez de estos enunciados (de hecho yo misma me cuestionaba al respecto). Pero si se habla de ficción es justamente emancipándonos de las "cadenas" de la antinomia verdadero o lo falso. Refiere el escritor Juan José Saer : " la ficción no solicita ser creída en tanto que verdad, sino en tanto que ficción"..."es la condición primera de su existencia...,un tratamiento específico del mundo.".4 "La ficción trabaja con la verdad para construir un discurso que no es ni verdadero ni falso".5
No se trata de una verificación en la realidad objetiva sobre el carácter de verdad. "Al dar un salto hacia lo inverificable, la ficción multiplica al infinito las posibilidades de tratamiento"6. Así, la única verificación posible son los efectos de verdad. La verdad señala Lacan tiene estructura de ficción. Y son los escritores los que mejor pueden dar cuenta de esto. La ficción es el medio más apropiado para tratar las relaciones complejas de la verdad.
Se verifica en la paciente cierto apaciguamiento y su relación al Otro va adquiriendo una dimensión no tan devastadora.
Es en la singularidad del caso que la escena del horror, la frase del padre,la tragedia cobran estatuto de verdad más allá de toda clasificación.
Notas
1 Lesage, Isabelle; "un asunto clasificado" ("Los Inclasificables de la clínica")
2 Zuberman, José; Historia/Historial
3 Soler, Colette; "El caso controla la cura"
4 Saer, Juan José; "El concepto de ficción"
5 Piglia, Ricardo; "Crítica y ficción"
6 Saer, Juan José; "El concepto de ficción"
BIBLIOGRAFIA
Cosentino, Juan; "Construcción de los conceptos freudianos"
Freud, Sigmund; "Inhibición, síntoma y angustia"
García, Germán; "El curso de las pasiones"- clase 1471"El temor y la esperanza"
Lacan,Jacques; Seminario 10 "La Angustia"
Miller; Jacques Alain;
- "Matemas2" (A propósito de los afectos en la experiencia)
- "Los inclasificables de la clínica psicoanalítica"
Piglia,Ricardo; "Crítica y Ficción"
Ruiz, Alejandra; "La escritura del caso"
Saer, Juan José; "El concepto de ficción"
Zuberman José; "Historia/Historial"
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