La etificación del psicoanálisis. Calamidad
Jean Allouch
Tal como la informatización actualmente, la electrificación hace algunas décadas, aún mucho antes la industrialización, olas que nadie puede evitar aunque se encuentre lejos de su recorrido, también el psicoanálisis sufre hoy el poderoso influjo de otra oleada: la etificación.
Pondremos de relieve que, así etificado, el psicoanálisis simplemente ya no existe. Que está en trance de ... morir de ética. Sin saberlo
Calamidad. Ya no se trata del superyó, llegó la ética; no se trata del caso, llegó una clínica del hecho social, no se trata del método, llegó el analista sabio, no se trata de dar cuenta de la experiencia, llegó el psicoanálisis como ideología. Sin embargo esta cuádruple calamidad tiene su reverso de revelación o confirmación (porque Freud ya lo sabía y lo sostenía): no hay ética psicoanalítica.
Hoy un caso nos lo enseña, sin duda más ejemplarmente que todos aquellos - numerosos - que se encuentran igualmente (des) orientados por esta ética que no existe. Nos proponemos estudiarlo a partir del testimonio parcial que nos ofrece la obra de H. Besserman Vianna "Politique de la psychanalyse face a la dictadure et a la torture. N'en parlez a personne". Y del inenarrable happening que este libro en París, en el hospital Sainte-Anne, el domingo 9 de febrero de 1997.
También se trata de la existencia o de la recusación de algo que hace más de veinte años procura abrirse un camino bajo el nombre, hasta ahora absolutamente velado, del psicoanálisis derrideano.