Investigación à Psicoanálisis |
Teoría de la Investigación en Psicoanálisis
La investigación, el psicoanálisis y la universidad
Amelia Haydée Imbriano
Este trabajo fue presentado en el marco de las II Jornadas de Investigación: «La investigación en Psicoanálisis» organizada por la Maestría en Psicoanálisis de la Universidad Argentina J. F. Kennedy, el 9 de septiembre de 2000, y posteriormente publicado en el Documenta Laboris N° 6, Buenos Aires, 2002, publicación de la Escuela de Postgrado de esa Universidad en cuyo marco se desarrolla la Maestría.
Resumen
¿Cuál es el lugar del profesor en la universidad? ¿Y el espacio de la investigación en la misma?
En este texto se despliega una respuesta a estas dos preguntas que ponen de relieve la problemática de la transmisión en psicoanálisis. Respecto a la problemática de la enseñanza se ubica "la posición de agente que provoca el trabajo, el deseo de saber, la curiosidad, que es necesaria para que cada alumno lleve adelante una producción original". "Y una investigación es un espacio que permite la enunciación de significantes que afirman el deseo de saber. Es el lugar de la pregunta" He aquí algunos de los tópicos que la autora desarrolla en el artículo.
Abstract
Which is the role of the professor at university? And the space for research in it?
In this paper a reply is developed for these two questions that remark the problematics of conveyance in psychoanalysis. In relation to the teaching problematics, he takes "the position as agent that generates the task, the desire to learn, the curiosity that is necessary so that each pupil can carry out an original production". "And a research is a space that enables the enunciation of signifiers that strengthen the desire to learn. It is the place of the question". These are some of the topics that the author developed in the paper.
A modo de epígrafe:
"La universidad esencialista, repetitiva, de la impuesta clase magistral logra coronamiento en la máquina de enseñar, y el profesor puede quedar en el lugar de aquel que solo da vuelta la manivela". "Los profesores, si no provocan la investigación, sólo enseñan los dientes". "La propuesta va más allá de una crítica a la posición catedrática tradicional, consiste en introducir la abolición de la esclavitud en la enseñanza. Si la universidad piensa en función de cursos formales curriculares en lugar de hacerlo en función de la investigación incumple su fundamental misión. No se trata de abandonar ninguna programación curricular, sino de ampliarlas abriendo las puertas a la investigación. No se encontrará el método educativo perfecto y definitivo, por la sencilla razón de que dudamos superlativamente, pueda darse alguno infalible. La propuesta lleva implícita la caracterización del profesor como un provocador, "partero" será agalmático.".1
"Los profesores , por efecto de formación no saben nada, pero lo enseñan de maravilla". "En Lovaina, es donde se hace una tesis sobre lo que llaman, tal vez impropiamente, mi obra". " tesis universitaria mi obra se presta mal a esto De estrictos motivos universitarios se desprende que la persona que me traduce, al estar formada en la forma de imposición del discurso universitario, no puede evitar invertir mi fórmula La dificultad propia de mi traducción al lenguaje universitario recaerá por otra parte sobre todos aquellos que, del modo que sea, lo intenten al traducir al discurso universitario algo que tiene sus propias leyes". 2
La enseñanza del psicoanálisis
"Lo que el psicoanálisis nos enseña, cómo enseñarlo?...Qué es ese algo que el análisis nos enseña que le es propio? 3. Cómo atravesar esa hiancia entre, el psicoanálisis en tanto que un saber determinado por la estructura de la experiencia analítica, y en tanto que saber expuesto? Comienza así una actividad incesante que implica un desafío que bascula entre lo que puede y no puede la Universidad enseñar del Psicoanálisis. 4
Nuestra brújula nos señala un punto cardinal: la clínica psicoanalítica constituida como tal por ser una clínica bajo transferencia. El saber psicoanalítico sólo puede ser el saber de la transferencia, es decir, el "saber supuesto" que en el curso de la experiencia analítica se vuelve transmisible por otras vías y por otros efectos. El trabajo del analítico lo implica y su máxima implicancia será: explicitar su saber des-suponiéndolo, o sea, desprendiéndolo del lugar que le tocó en la experiencia 5. Es obvio, por ende, que la Universidad no forma analistas; éste se efectúa en un análisis.
Debemos tener presente que "no hay transmisión verdadera si se reduce a quienes comparten una misma experiencia. Sólo hay una buena transmisión cuando una experiencia puede transferirse a otros sin la complicidad que da el hecho de compartirla" 6. La regla analítica del amor a la verdad significa que no se puede dejar de decir lo que se ignora y esta indiscreción es la exigencia primera de la transmisión. Entonces una advertencia: en este sentido seremos indiscretos 7.
Toda pregunta por la enseñanza del Psicoanálisis nos propone un retorno al descubrimiento freudiano. Reflexionando sobre este campo, muchos se han confundido, convirtiéndolo en "tierra de nadie" o "de todos", degradando el trabajo analítico a una mántica. El psicoanálisis debe su valor a los conceptos que Freud forjó en el progreso de su experiencia 8. La no existencia de un nomenclador técnico de maniobras de transferencia no significa que se trate de cualquier práctica. Justamente, todo lo contrario: la ética del psicoanálisis la determina. Solo desde ella es posible esta clínica de lo particular y de lo singular.
Se trata de una clínica del "pathos", del sufrimiento humano, y cómo no entender los matemas lacanianos sino como fórmulas de ese sufrimiento?. Como "pathemas" pensaremos la oposición significante y la relación entre el sujeto en tanto castrado y su objeto en tanto que perdido. Ellos ya están enunciados al comienzo de la obra freudiana 9.
El psicoanalista debe sostener la exigencia de fundamentación de la praxis. Por ello deberá encargarse de la epistemología en juego y esclarecer el valor de conceptos, nociones, términos, preceptos, principios, fórmulas, teorías, doctrinas, postulados, razones, fundamentos, máximas, axiomas, conjeturas, etc.
En el inconsciente que es menos profundo que inaccesible a la profundización consciente, eso habla: un sujeto en el sujeto, trascendente al sujeto, plantea su pregunta desde la ciencia de los sueños. "Eso" habla: "de una historia de una vida vivida como historia". "Eso" revela: "la sujeción a las leyes del lenguaje, al juego intersignificante por donde la verdad entra en lo real" 10.
Recordemos que si bien no hay verdadero sobre lo verdadero, la verdad habla: "Soy pues para vosotros el enigma de aquella que se escabulle apenas aparecida, hombres que sois tan duchos en disimularme bajo los oropeles de vuestras conveniencias... Fantasmas, que eso es lo que sois... Hombres, escuchad, os doy el secreto. Yo, la verdad, hablo 11...."
El psicoanálisis, en su praxis, detecta al sujeto en una estructura que da cuenta de su estado de hendija, de Spaltung. Esta hendija la detecta de manera en cierto modo cotidiana. La admite en la base, puesto que ya el solo reconocimiento del inconsciente basta para motivarla, y puesto que también lo sumerge con su constante manifestación. Esto posiciona al psicoanálisis en un lugar, en aquél que se define tomando al sujeto en su división constituyente 12.
Qué es el Psicoanálisis?: El tratamiento suministrado por un psicoanalista 13, entonces, la formación de los analistas es uno de los fundamentos del psicoanálisis. El psicoanálisis implica, y esta implicancia se encuentra en los principios de la interrogación sobre la praxis psicoanalítica. La experiencia psicoanalítica debe comprenderse desarrollada enteramente en la relación del significante al significante. En un psicoanálisis el sujeto se constituye por un discurso donde la presencia del psicoanalista aporta la dimensión de otredad. Esta relación del hombre con el significante es de lo que atestigua el hecho de que Freud se haya visto llevado no sólo a volver a tomar el mito de Edipo, sino a promover un mito de origen, bajo la forma de un asesinato del padre. Parejamente, con toda la contingencia que la instancia del significante imprime en el inconsciente surge el enigma del sexo y de la existencia. Es la verdad de lo que ese deseo fue en su historia lo que el sujeto grita por medio de su síntoma.
El descubrimiento de Freud es que de esa verdad, su registro debe tomarse "a la letra", es decir, debe considerarse ante todo como hecho de sintaxis, pues esos efectos se ejercen del texto al sentido, lejos de imponer su sentido al texto. Llegamos entonces a que lo único que conocemos, lejos de dar con lo inconsciente, son los elementos del significante. Fue este abismo abierto al pensamiento, de que un pensamiento se deje entender en la cortadura del discurso, lo que provocó la resistencia al psicoanálisis, y no la promoción de la sexualidad.
En un psicoanálisis lo que está en tratamiento es el sujeto de goce, aquél atrapado por la maquinaria del inconsciente, sumergido en una dormidera inercial, atrapado en las redes de los significantes amos de su constitución. De lo que se trata es de una destitución subjetiva en términos de este sujeto de goce. Entonces, no se trata de instituir un sujeto como si se tratara del sujeto del derecho. El sujeto del inconsciente es fundamentalmente sujeto de una destitución. Ya la asociación libre da pruebas de la destitución del sujeto, de la subversión de su posición, en tanto que en la experiencia analítica, un sujeto debe consentir ser solamente el punto de pasaje de las palabras. Destitución del sujeto en tanto que goce, y el advenimiento del sujeto en relación a un deseo-decidido.
Cuáles son las consecuencias éticas que entraña la relación con el inconsciente tal como lo descubrió Freud? Tal relación es transmisible? El análisis comenzaría bajo la exhortación de un "vere dictu": que la verdad sea dicha, que la verdad enuncia su veredicto. Entonces, el inconsciente: un saber; el sujeto: lo que falta a ese saber. Pero, el inconsciente es un "saber a construir".
La ética del psicoanálisis es relativa a lo que en el deseo es irreductible a toda acción común. La extraterritorialidad del psicoanálisis al discurso de la ciencia no quiere decir adaptación ni marginación social. El psicoanálisis no se sostiene por sí solo, ni la dificultad para la verificación social del acto analítico lo ubica en la dimensión de la mística. Hacer culto de la dificultad es complacencia.
La universidad
Los párrafos epigráficos nos ponen ante una advertencia: el discurso universitario puede ser un sepulcro para los investigadores y un lugar de grave error para los psicoanalistas.
Entonces, los psicoanalistas que estamos en la universidad debemos estar advertidos.
Para introducirnos a la temática relativa a la investigación, el psicoanálisis y la universidad, despejaremos algunos puntos oscuros y nos comprometeremos a estar atentos a la producción de una articulación nefasta.
Compartimos con Miguel Herrera Figueroa que en la universidad tradicional el docente, decente y moral, con su "clase magistral genera un repollaje profesoral en el que la pasividad del estudiante es la nota más absurda. En ella el alumno presta la cara mientras su imaginación vaga (pudiéndonos valer de ella para un trabajo productivo), en tanto bancos y paredes repiten ecos vacíos".
Realizando una panorámica de la historia de la universidad es curioso notar que la creación de las mismas, en el siglo XII, se debió a órdenes reales. Es decir, al poder del Amo, quién decidió concentrar el saber para que sirviera a sus fines de dominación. El Amo recupera, estandariza y regulariza el saber para que pueda servirle. Es interesante comprobar, en esta historia, que en las universidades se ha desarrollado una ideología, la búsqueda del saber por el saber, que lleva a una repetición al modo del automatón y la despreocupación por las transferencias y por las consecuencias, lo que implica que ese saber no sirve para la comunidad y que el que lo posee no se preocupa por los efectos del mismo. Por tanto, la tradicional universidad ha surgido enlazada a la efectuación del poder del Amo en la producción de la esclavitud. Aparece así el discurso universitario como una modalidad discursiva que sirve al mantenimiento de la operación del amo: una sustracción del saber a la esclavitud. Se trata de extraer su esencia para que ese saber se convierta en saber de amo. "Expoliación". "Es conveniente distinguir el momento en que surge este viraje... el hecho de que el todo saber haya pasado al lugar del amo es algo que hace todavía más opaco lo que está en juego: la verdad", pues, de dónde viene que haya en ese lugar un significante amo? (Lacan, Sem. XVII). Preguntamos: El significante amo -S1- en el lugar de la verdad definirá la tiranía del saber? Lo que se produce en el paso del discurso del amo antiguo hasta el amo moderno, capitalista, es una modificación en el lugar del saber, convirtiéndose el proletario en producto tan consumible como el esclavo. El discurso del amo muestra que el amo no sabe sobre su deseo, sólo quiere que las cosas funcionen. Y, es el esclavo el que sabe lo que quiere el amo. La transmutación consiste en expoliar al esclavo de este saber surgiendo así el proletariado que tiene un saber de amo: no sabe lo que quiere, o sea, tiene un saber inútil. Allí se instrumenta una maquinaria que toma como capital al saber del esclavo, e implementa con ese saber un mercado: la Universidad.
En el Discurso Universitario Tradicional el lugar del agente es ocupado por el "saber" en términos de un "todo absoluto e inquebrantable". El agente provocador se encuentra unívocamente referido y sujetado a un significante amo, pleno en su dominio, cuya evocación es irrefutable. El agente se encuentra solidificado consustancialmente con su evocación y desde ese lugar partirá su gestión de intervención al otro. Como consecuencia, la elaboración, dará por resultado una producción repetitiva, una iteración sin variantes de lo evocado. Queda así abolida la posibilidad de creación por parte del destinador, que obviamente se trata del alumno, que las más de las veces resulta un "aburrido", siendo la máxima expresión de violencia que este discurso impone en la relación profesor
Pero, entonces, qué hacer en la universidad? Debe ser una pregunta incesante para los psicoanalistas. Pues si funciona totalmente al servicio del amo, como síntoma de nuestro tiempo, y es menos estimada es decir- más desestimada como propagadora del saber que como dispensadora de títulos acreditativos a un determinado trabajo, es allí donde el psicoanálisis no tiene ningún sentido. Habrá pues algún espacio universitario en que puedan ubicarse los psicoanalistas? Y, cuál sería su función en ella?.
Una respuesta nos orienta: la universidad es "lugar destinado a la transmisión de un saber que no habilita para la práctica del psicoanálisis. Su ejercicio precisa una formación de otra índole, lo que manifiesta una suerte de incompatibilidad entre la transmisión universitaria del saber y la producción del psicoanalista, la propia experiencia del psicoanálisis. Lugar, por tanto, adecuado para que la pregunta se deje oir: por qué el psicoanálisis no se transmite como cualquier otro saber?" 14.
Nosotros podemos hablar de la universidad en donde trabajamos (Universidad Argentina John F. Kennedy) y de la filosofía sobre los universitarios que la sostiene. Decimos universitarios y no universidad pues en el concepto de su fundador esta última implica que "se sustantive en la presencia de profesores de la docencia superior investigando, penetrando en las particularidades, logrando un saber en más, haciendo causa de provocación al trabajo para otros, y que profese de ello" siendo el objetivo fundamental de toda formación de posgrado. Las labores principales son la investigación, el servicio comunitario y la docencia. Pero, existe una prioridad: la creación.
Herrera Figueroa no se conforma con un producto universitario de estilo estudioso y "buen material humano", [palabras críticas de J. Lacan al discurso universitario tradicional], producto de la máquina de enseñar, y por ende, no puede pensar la función docente como la de aquél que da vuelta la manivela. Ante eso enarbola su grito de alerta.
Ha rastreado el concepto de "areté" que es epicéntrico en la temática educativa helénica. Perfilado por Homero y Tirteo, conceptuado por Hesíodo y Solón, este concepto florece en su máximo explendor en Platón y Aristóteles. Escucha la alerta socrática: "quien pretenda enseñar debe practicar mucha prudencia, pues nada se puede brindar a quien no acepta enseñanzas", sin dejar de destacar como paradigma la frase de Píndaro: "deviene lo que eres". Alerta enfáticamente al respecto de los peligros de los modelos universitarios cerrados, como el modelo teologal o el falsamente democrático laissez-faire. Se preocupa por lograr otro destino que permita la producción del efecto de enseñanza, sosteniendo audaz y impetuosamente que el universitario, en tanto investigador, no sólo se alimenta de conocimientos del orden teórico y, ni tan siquiera, de especulaciones de las estructuras del saber espiritual, sino que, penetrando aún más, debe hincar raíces donde la mayor irracionalidad obligan a realizar muy arduas tareas en el buceo de sus implicancias, consistencias e inconsistencias.
Para él, aquél que ocupe el lugar de profesor deberá provocar, desde la causa de su deseo, el deseo de saber, la curiosidad, provocando el trabajo, produciendo curiosidad, y en ello reside su acto. Será el obstetra de las insignias del otro, puesto que de lo que se trata es de que cada uno lleve adelante una producción original, vocada por un atractivo particular. Entonces, el docente, resultará ser aquél que maniobra las transferencias de trabajo. La transmisión será el efecto de la puesta en acto de la transferencia y su estructura será la de una serie de eslabones intermediarios de una cadena, pero en definitiva, la misma estructura que la del deseo. La relación de enseñanza es la transferencia que instituye, y su acto está comprometido en esa instancia.
Muchos han creído que Herrera Figueroa propone modernizar la educación en el sentido de revertir los papeles sociales, darle la palabra al alumno y el silencio al profesor. No se trata de ello, solamente, aunque lo actancial manifieste este hecho. Se trata de provocar otros ecos, que se abran las otras mansiones del espíritu y el pensar, que el hombre en la relación enseñante sea acogido en su "dicho", por modesto que parezca. Las variaciones de la elaboración surgen a partir de distinguir el tipo de elaboración de saber que el agente provoca, de hacerse cargo de las consecuencias, de intentar que surja y se posibilite un efecto de enseñanza a través de la implicación intermitente de una agencia de provocación.
La propuesta es inquietante: se trata de hacer reversible los lugares del discurso, las regiones de la palabra. Se trata de construir el efecto de enseñanza, rescatando al hombre de la mortífera tendencia a la inercia. Podríamos decir: para él, en el espacio enseñante se trata del despertar.
Para perfilar la universidad pensada así, qué mejor que recordar anécdotas de aulas:
Lo importante se jugaba en la relación enseñante que Herrera Figueroa construía. La cita se cumplía con prolijidad; todos sus alumnos estaban allí a la hora indicada con exactitud y él iniciaba el diálogo, pleno de pacificación, con una interrogación interpelante: Y Ud., qué piensa?. Causaba no menos que sorpresa. Después del primer encuentro ya nadie era ingenuo: habrá algo más difícil para decir?. Y, si hablando, acaso, uno se escucha decir algo un poquito original!. Tarea, por cierto, nada fácil, pero facilitadora. Experiencia, por cierto, fuerte, pero fortificadora. El entusiasmo y el humor constituía el clima de trabajo, en donde también tenía lugar el atrevimiento y la discusión con el profesor, quién siempre buscaba un modo gentil de reputación que no ofendiera y menos aún, cansara. La lucha era tempestuosa, aquél que quería entender en un primer intento se desmayaba en un imposible; desde el diccionario a los textos de filosofía, de éstos a los de Psicología Social y Política, para luego adentrarse en los de Semiótica y Psicoanálisis y volver al encuentro con el profesor con cierto sentimiento de desorientación que rápidamente él, con su palabra, con su provocación, transformaba en entusiasmo.
Recordando a Roland Barthes podemos decir que en la enseñanza no solamente se trata de hablar, sino también de escuchar. La prudente intervención tiene un valor privilegiado, ya sea ésta el silencio, una palabra o un acto. En la relación enseñante no sólo provoca aquél que se instala como orador, sino que la escucha, además de activa, se convierte en productora. Aquél que asume la incomodidad de hablar modifica sin cesar su propio discurso. El enseñante no escapa ni al teatro de la palabra ni a lo que en él se representa, su relación a la causa del deseo.
Jacques Lacan, en el seminario X, pone en consideración la cuestión del "deseo del enseñante", y entrando en los años 70, cerrando un congreso, precisamente acerca de la enseñanza, nos vuelve a jaquear ubicando al enseñante en la posición subjetiva de sujeto afectado por la imposibilidad de todo.
La propuesta es inquietante: se trata de hacer reversible los lugares del discurso, las regiones de la palabra. Se trata de provocar la elaboración de una subjetivación, rescatando al hombre de la mortífera tendencia a la inercia. Podríamos decir: En el espacio enseñante se trata del despertar.
Los psicoanalistas sabemos que "gobernar, educar y psicoanalizar son tareas imposibles". Pero con Miguel Herrera Figueroa hemos participado en la aventura de intentarlo. Así las cosas, así el tiempo transcurrido de un trabajo rectoral por más de treinta años. En la última década, por su empuje rector, la Universidad Kennedy cuenta, entre sus departamentos académicos, con el Departamento de Psicoanálisis y desde 1997 una Maestría en Psicoanálisis, en donde su evocación sigue provocando el trabajo de subjetivación.
El despertar de la investigación y la Maestría en Psicoanálisis
La especificidad de una Maestría la representa su énfasis en la investigación, es su razón. La misma es una invitación a cultivar la búsqueda de un saber que se encuentra, por ejemplo, en las sorpresas, en alusión directa al campo abierto por el descubrimiento del inconsciente que lleva la marca de Sigmund Freud. Es una invitación a cultivar la lectura crítica que nos permita colocar la producción de saber, por modesto que sea, en el lugar ese no querer saber generalizado que predomina en los ámbitos académicos de la universidad tradicional. Las hipótesis, las preguntas y los encuentros cobran especial importancia. La condición será autorizarse a crear, producir, construir, por humildes que sean los presupuestos, hipótesis, intuiciones, sospechas. Esta posición implica un compromiso que causa.
Las tesis generales del psicoanálisis requieren, continuamente, ser puestas a prueba, tanto en su contenido como en su capacidad de producir explicaciones más específicas, a través de una confrontación con la clínica y con otras realidades diferentes. Será necesario examinar preguntas tales como, Qué sujeto es aquél que está implicado?, ¿cómo interviene el inconsciente en su determinación?
Es necesario considerar la pregunta acerca de la articulación entre un saber de lo particular como el psicoanálisis con saberes universales, no se trata de una sumatoria de saberes, sino de establecer los efectos que tiene sobre diversas disciplinas, la inscripción en una teoría que se constituye sobre un supuesto de que ellas carecen: el sujeto del inconsciente.
Por otra parte se trata de establecer cómo el psicoanálisis integra el saber establecido desde disciplinas que excluyen lo particular. Allí la tradición iniciada por Freud marca una perspectiva y define sus límites y posibilidades. Se justifica un trabajo académico con miras a instituir en nuestro medio un debate que aporte precisiones a los saberes en cuestión. El Magister deberá promover estas discusiones que permitan precisar los elementos teóricos, metodológicos y éticos que deban formar parte de los diseños de los programas de investigación.
El primer paso para construir un proyecto de investigación implica que el sujeto con su pregunta tome posición respecto a un saber y respecto a un trabajo. La investigación es la ejecución de un programa de ex/posición.
El trabajo de investigación es de elaboración y articulación de significantes como en el sueño, pero a diferencia de éste , en una investigación se trata de un descifrado del saber textual, no se trata de dar significación a un texto dado o de comprenderlo, sino de tomar posición a partir de un proyecto de trabajo o de una pregunta que formula cada uno. Toma de posición respecto a un saber, que en el proyecto de investigación será de entrada saber textual, que cada investigador debe poner a prueba de la enunciación, empujando la barrera de la represión, franqueando ese no querer saber nada del durmiente y permitiendo la enunciación de significantes que afirman el deseo de saber. El trabajo de investigación es despertar y se trata de lograrlo.
La experiencia es, respecto a la noción del saber, una experiencia cartesiana. El método de la duda es muy útil. Por ejemplo, nos permite no creer ningún enunciado a priori sino, al contrario, buscar las referencias, verificar, ir a los textos originales, leer a Lacan palabra por palabra, leerlo a porfía.
Una investigación es el lugar de la pregunta. Y, siempre queda abierta como producto del trabajo del deseo de un sujeto. No se trata que el investigador trabaje una pregunta sino que una pregunta trabaja al sujeto. Lo que resulta de la experiencia es un saber nuevo para cada uno. La intervención de otros investigadores refuncionaliza los movimientos de alienación-separación, y la operación de corte en cada investigador, lo cual conlleva el trabajo de la crítica, o sea, de la crisis. Implica que el sujeto salga de su pereza y se produzca como trabajador decidido. La función del director representa el vacío. Esto hace que el proyecto de investigación deje lugar al deseo de cada uno.
Freud nos ha enseñado que el progreso debe esperarse no de la represión de la crisis, sino al contrario, de su puesta a cielo abierto. Ubicándonos al respecto del algoritmo, la crisis debe situarse no debajo sino encima de la barra. La crisis denuncia la ruptura de la cadena Sl S2 y la puesta al trabajo de ese corte.
Crisis quiere decir "elección, decisión, juicio" y también "desacuerdo, separación". El trabajo del investigador es poner a trabajar la crisis. El investigador toma posición al respecto de un saber y la pone a prueba en una exposición. Esto implica ceder algo, desprenderse, separarse. Cambiará de posición al respecto de "su saber", que quedará en manos de otros, a quienes podemos llamar "intervinientes"; cada uno de los cuales opera como agente provocador. La crisis está planteada. El trabajo crítico lanzado, y los investigadores despiertan. Imposible evitar el surgimiento de la diferencia, la continua reinvención de la misma, y su consecuencia: la provocación de la producción: la subjetivación del deseo de Freud.
El trabajo de investigación implica, en su principio, una puesta a cielo abierto periódica de las posiciones. La exposición expuesta implica un cambio de posición. El trabajo que se efectúa está, de alguna manera, abocado a la crisis; es el trabajo de crítica.. El trabajo implica la re-elaboración permanente: tomar posición, hacer una elección, tomar una decisión, establecer un juicio en relación a un enigma, para soportar la puesta en crisis y la producción de la refundación del enigma. No hay que esperar ningún progreso si no opera el espacio "cielo abierto" en su función de escansión y agujero. El producto comporta el corte, y cae de esta operación. Se ponen en juego el corte de la enunciación y la función del escrito.
Así pues podemos pensar la formula discursiva en los siguientes términos:
Notas
1 Herrera Figueroa, M., Educación y universidad.1981.
2 Lacan, J., Seminario XVII. El reverso del Psicoanálisis. 1970
3 Lacan, J., El psicoanálisis y su enseñanza. 1957
4 Imbriano, Amelia. "Acerca de la transmisión y circulación del Psicoanálisis". Conferencia de apertura del curso 1976 de la asignatura Psicología Profunda en Universidad Argentina John F. Kennedy. Testimonios de trabajo, Buenos Aires, Leuka, 1993.
5 Miller, J. A., C.S.T. Clínica bajo transferencia, Buenos Aires, Ed. Manantial, 1984.
6 Miller, J.A. "Conferencia de la Madraza ", Cuadernos Andaluces de Psicoanálisis Nº2. Granada, Edita Coordinadora del Campo Freudiano en Andalucía, Granada, 1990.
7 Imbriano, A., El sujeto de la clínica, Buenos Aires, Leuka, 1987
8 Lacan, J., "Función y campo de la palabra y del lenguaje". Escritos. Siglo XXI editores. 1975.
9 Freud, S., "Proyecto de Psicología Científica" 1895. Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu, 1978.
10 Lacan, J., El psicoanálisis y su enseñanza. Ob. Cit.
11 Lacan, J., "La cosa freudiana o el sentido del retorno a Freud". 1955. Escritos. Siglo XXI editores, 1975.
12 Imbriano, A., El sujeto de la clínica. Ob. cit
13 Lacan, J., Seminario 11. Buenos Aires, Paidós. 1986.
14 Ribés Guill, C., Cuadernos Andaluces de Psicoanálisis. Ibid